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Talampaya

Cañón de Talampaya.

El Parque Nacional Talampaya es una reserva natural y uno de los siete «Patrimonios de la Humanidad» declarados por la Unesco en Argentina. Se encuentra ubicado en el centro-oeste de la Provincia de La Rioja, justo en el Paralelo 30.

Fue creado en 1975 como parque provincial con el objetivo de proteger importantes yacimientos arqueológicos y paleontológicos de la zona, y en 1997 pasó a depender de la Administración de Parques Nacionales.

El parque ocupa 215.000 hectáreas. Su paisaje de gran belleza, la flora y fauna son característicos del bioma del monte. Es el resultado de movimientos tectónicos, a los que durante milenios se han sumado la erosión del agua y el viento en un clima desértico, con grandes amplitudes de temperaturas, intenso calor de día y bajas temperaturas de noche, con lluvias torrenciales en verano y vientos fuertes en primavera. La altura promedio del terreno es de alrededor de 1.300 msnm, y el clima es continental.

Dentro del Parque se encuentra:

  • El cauce seco del río Talampaya, donde hace millones de años vivieron dinosaurios.
  • Restos de pueblos originarios, como los petroglifos de la Puerta del Cañón.
  • Un jardín botánico de reserva de la flora autóctona.
  • Paredones naturales de hasta 145 mts de altura. Las formaciones geológicas más espectaculares talladas en la arenisca roja son: Los Reyes Magos, La Catedral, Los Balcones, El Tablero de Ajedrez, y El Cura.
  • Fauna de la región: guanacos, liebres, vicuñas, pumas, maras, zorros y cóndores, entre otros.

El Parque Nacional de Talampaya (La Rioja) está junto al Parque Provincial de Ischigualasto (San Juan) también conocido como Valle de la Luna.

En 2000, la Unesco declaró a ambos parques como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en América.

Toponimia

Corresponde al idioma kakán de las etnias Pazioca (Diaguita) y Chalchakí del noroeste argentino, y significa: «Río Seco del Tala» (siendo «tala» el nombre de un árbol muy común en gran parte de América).

Los Genetistas de Orión y Las Pléyades

Según contactados como el argentino Cristian Sánchez Barros, hace unos 250 millones de años, una Nave procedente del Sistema Rigel de Orión, aterrizó en lo que hoy es el Cañón de Talampaya. De ella descendió, primero un Cosmonauta, y luego dos más. Todos estaban vestidos con escafandras debido al clima imperante, que en ese tiempo todavía resultaba inestable, tras los sucesos que habían llevado a la Tercera Extinción Masiva de Especies.

Los Alienígenas tomaron distintas muestras del suelo, e hicieron ensayos con todo tipo de vida del lugar, para comprobar su avance y desarrollo en ese punto del Planeta.

Entonces, el paisaje era bastante peculiar: era como una selva frondosa, pero el tamaño de los árboles era realmente impresionante, superando en mucho a los más altos árboles de nuestros días. El cielo era también distinto, pues tenía una intensa coloración rojiza, destacando en él varias Lunas. Algunas parecían de enorme tamaño, debido a su cercanía a la Tierra.

Petroglifos Talampaya

Petroglifos de Talampaya.

Los nativos, mucho después, a través de Grandes Iniciados, pudieron ver en los archivos de la historia este momento, y lo dejaron grabado en piedra como símbolo del principio de todo en Talampaya. El Petroglifo de los Astronautas, que aún se conserva allí, recuerda que «Del Cosmos descendieron a la Tierra los Padres, y luego regresaron a su hogar más allá de las estrellas».

Los llegados eran Maestros Genetistas, así como Guardianes y Vigilantes de Orión, elegidos por ser los más aptos para las condiciones del Planeta, ya que su ADN Orionita estaba también en las esporas sembradas por los Maestros Genetistas de la Constelación del Cisne, hace 3.800 millones de años.

Este Grupo Orionita, primero ubicó el sitio y después instaló una Base-Laboratorio permanente. Luego, en diferentes tiempos, llegarían más contingentes.

Los Genetistas de Orión, que eran Reptilianos, produjeron más de un toque genético, ayudando al desarrollo de los Reptiles. Buscaban así generar un tipo especial de éstos con el fin de lograr un ser inteligente con las características propias de Orión, pero a su vez con algunos componentes de este Planeta, del producto de la Evolución Natural.

Lagosuchus

El Lagosuchus Talampayensis, uno de los primeros dinosaurios.

Justamente, en esa época, «apareció» en Talampaya, el Lagosuchus Talampayensis, una de las primeras especies de dinosaurios, de apenas 40 cms de longitud.

Por millones de años y en diferentes épocas, los Orionitas continuaron manteniendo allí la Base-Laboratorio, pero llegó un momento en que hubo diferentes opiniones acerca de cómo seguir trabajando para lograr un ser inteligente originario.

Fue cuando la Gran Confederación de Velatropa decidió agregar al Plan un nuevo enfoque, que llevó a enviar un grupo de 7 Genetistas Pleyadianos.

Entonces, una gigantesca Nave-Laboratorio de 50 Kms de diámetro —que funcionaba, además, como invernadero—, aterrizó en Talampaya. Su forma era cilíndrica pero abultada en el medio, y más angosta en sus extremos, que eran redondeados y luminosos.

Éstos nuevos Genetistas comenzaron a realizar otras combinaciones genéticas —ayudando al desarrollo de los mamíferos—, alejándose con ello del proyecto original de los Orionitas.

Esta variante del experimento trajo aparejado desavenencias y tensiones crecientes entre los Genetistas de Orión y Las Pléyades. Tantas, que en un momento dado, los Pleyadianos abandonaron la Base, y con sus experimentos a bordo de la Gran Nave-Laboratorio en la que llegaron, se marcharon lejos de los Orionitas para continuar su proyecto.

El Hijo de Orión y la Raza Andonita

Pero después, en tiempos de la Rebelión de Satanel, todo sería trastocado en Talampaya. Desobedeciendo a la Confederación, los Genetistas de Orión no apoyaron la variante de sus colegas Pleyadianos, sino que buscaron continuar con su proyecto original.

Pero, a su vez, el Pleyadiano Gadreel, influenciado por Luzbel, también buscaría desvirtuar el Proyecto Humano.

La Primera Raza Humana, la Andonita (Homo Erectus), estaba en condiciones de desarrollar facultades mentales supranormales y sobrevivir al ambiente hostil y cambiante de la Tierra. Pero Gadreel, al inducir al grupo humano a que consuman plantas alucinógenas, bloqueó el desarrollo de sus sentidos que le habría permitido rápidamente a toda la humanidad a continuar con la Evolución Cósmica a través de la conexión de los tiempos.

Sin embargo, desde el principio del Proyecto se hallaba incluido Sananda, quien debió seguir el ritmo evolutivo de los primero humanos y reencarnar para continuar con todo su proceso en la Tierra.

Los Orionitas, por su parte, habían avanzado con su propio Proyecto, que era el de recrear un Hijo de Orión, asegurándose así su paternidad y su continuidad evolutiva a través de un ser humano. La Confederación no autorizó ese proyecto y llegó a deportar a sus Padres Creadores, una pareja de Genetistas de Orión. Pero ese hijo, al que llamaron Orón, ya había nacido tiempo antes. Representaba, según ellos, la síntesis de Orión y la Tierra.

La Gran Batalla Final

Hace unos 70 millones de años, la Base Científica de Orión en Talampaya —que también era una Base Militar—, pasó a formar parte de las Fuerzas de Satanel durante la Segunda Gran Guerra de Velatropa. Dentro de ella no existía un total consenso de ello, y hubo quienes desde el principio tomaron una posición ambigua. Principalmente entre los jefes, no había una completa convicción a la Rebelión, pero muchos de ellos fueron sometidos por la influencia satánica.

Ciudad Perdida

La formación de Ciudad Perdida, en Talampaya, con el Mogote Negro al fondo.

Cuando la Confederación envió a una Flota de Naves a retomar la Base, se produjo en Talampaya una Gran Batalla. Muchas armas fueron usadas, y finalmente una gran explosión destruyó todas las instalaciones de superficie. Pero no así lo que preventivamente se había reubicado tiempo antes en el interior del gran Mogote Negro de Talampaya, protegido por un Escudo de Energía.

En el perímetro cercano a la Base, cayeron 24.000 Orionitas, y dentro de ella, finalmente se desató una rebelión a los mandos que respondían a Satanel. Hubo una gran lucha cuerpo a cuerpo, que posibilitó finalmente que la Confederación retomara el control.

En aquel lugar quedó un gran Valle de los Caídos, donde aún hoy se encuentran los 24.000 seres muertos en la Gran Batalla Final. Como así también los 12 Jerarcas Orionitas retenidos dentro de Cristales. Además quedaron los equipos del Laboratorio y sus resultados.

Ankar y el Disco de Poder Mitakunah

Hace 18 millones de años, todo esto pasó a quedar bajo la custodia de la Gran Hermandad Blanca, que fundaría allí mismo la Ciudad Intraterrena de Ankar («Luz de los Tiempos»), que abarca parte de las provincias de La Rioja y San Juan.

Ankar pasaría también a ser la depositaria de Mitakunah, uno de los 13 Discos de Poder de la Red del Tiempo, así como del cuerpo de Orón, que se encuentra en animación suspendida y a resguardo, a la espera de la llegada del Nuevo Tiempo.

El Disco Solar que yace en la base del cerro basáltico, lleva en su corazón la Piedra Azul de Orión, en la que se concentra el potencial de Orión, heredado por genética a los Humanos Terrestres.

Ankar es custodiada por los Guardianes del Templo y el Maestro Ham-Rell. A corta distancia de allí (en el Valle de la Luna, San Juan), los asiste una Base de la Confederación.

En Ankar existe un registro vivo de todo cuanto pasó. También se guardan allí los reptiles-mamíferos modificados genéticamente, los Reptilianos Terrestres y otros tipos de variantes que se experimentaron hasta el nacimiento de Orón.

Los Genetistas de Orión supieron compartir la Base-Laboratorio con sus pares de las Pléyades como así también de Alfa Centauro. Pero, como se contó, en épocas de la Rebelión todo fue trastocado.

Luego de la lucha satánica, por algún tiempo los vigilantes de Alfa Centauro custodiaron el lugar y fueron quienes instruyeron a muchos seres terrestres a conservar la memoria en el tiempo.

Allí también, producto de una experimentación mutante, surgieron por iniciativa de Gadreel los llamados Sunkies o «Hijos de la Mano del Padre», que aún hoy en Talampaya como en otros sitios sagrados sobreviven en las grutas y caminos del Intramundo protegidos por la Hermandad Blanca. Ello sucedió durante la estadía de Gadreel en Talampaya luego del sabotaje al Proyecto Lemuriano.

Los Atlantes y sus Discípulos

Hace unos 12.500 años, en los tiempos finales de la Atlántida, grupos remanentes de altos Maestros se dirigieron a diferentes lugares del mundo entre los cuales se hallaban Egipto, Roncador (Brasil), Talampaya (Argentina), Mojave (USA) y México. Los Atlantes iniciaron así a los nativos de cada uno de esos sitios.

Estos Maestros, instruyeron a los más capacitados y les enseñaron a través de un Camino Iniciático las claves para conocer el pasado, las Leyes Universales y el futuro.

Así surgieron los sacerdotes de Egipto y México. En Sudamérica fueron los Chamanes, Machis y Hechiceros que gradualmente cambiaron la forma y conservaron la esencia. Pero con el paso del tiempo y la influencia de la oscuridad, las luchas tribales hicieron aflorar los egos y la ambición, desapareciendo en muchos casos todo vestigio de las enseñanzas de los Hermanos Mayores Atlantes.

Pero hubo quienes conservaron la esencia pura, que muchas veces a cuesta de innumerables sacrificios personales, supieron mantener viva la Llama de la Verdad. Ellos y sus descendientes fueron pasando a través del tiempo el Conocimiento Ancestral.

Estos Iniciados lograron mantener intacto ese Conocimiento y la Tradición del Contacto con los Maestros de la Hermandad Blanca y de los Guías Extraterrestres en algunos casos.

Ellos fueron consagrados a la luz del Todo para ser los Guardianes en la superficie de los Retiros Interiores.

Aún hoy existen estos seres que más allá de su apariencia, inapreciable para la mayor parte de la actual civilización, siguen siendo los nexos con el Intramundo a partir de un compromiso asumido desde muy antiguo.

Talampaya, desde tiempos remotos fue un lugar de Iniciación, aunque nunca se estableció en su superficie ningún pueblo nativo de los que lo visitaban en ocasiones especiales.

Fuentes principales

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