Ata es el apodo que se le dio a los restos momificados de una criatura humanoide de aproximadamente 15 centímetros encontrada en el desierto de Atacama, Chile, hacia Agosto de 2003, dándose a conocer en los medios de comunicación el 19 de Octubre de ese año.
Durante una década se barajaron las posibilidades de que se tratara de un feto abortado, un mono o un extraterrestre. Sin embargo, científicos de la Universidad Stanford concluyeron que se trataba de un humano mutado. Las pruebas y los resultados se dieron a conocer el 22 de Abril de 2013 en el lanzamiento en Hollywood del documental Sirius, dedicado en parte a la criatura.
Mediante el análisis de ADN, los expertos determinaron que no se trata de un feto, sino de un híbrido del Siglo 20 que alcanzó a vivir entre 6 y 8 años, estando capacitado para respirar, comer y metabolizar. La madre fue una mujer indígena del Norte de Chile, y el padre un Alienígena, pues su ADN no corresponde a nada conocido en la Tierra.
Características
El cadáver de Ata.
El cuerpo tiene un largo de no más de 15 cms, y posee un cráneo ovalado más grande de lo normal en proporción al resto de su cuerpo, con una protuberancia sobre éste. En vida, la criatura tenía dientes duros y afilados, y su cuerpo era escamoso y oscuro, cubierto por sarro. Posee 18 costillas (9 por lado), en lugar de las 24 (12 por lado) que posee el Homo Sapiens.
Descubrimiento
El cuerpo fue descubierto por Oscar Muñoz hacia Agosto de 2003, mientras buscaba objetos de valor en una iglesia abandonada en la localidad de La Noria, un pueblo abandonado a 56 Kms de Iquique, en las inmediaciones de antiguas oficinas salitreras. El pequeño ser estaba envuelto en un género blanco atado con una cinta violeta.
El primero en fotografiar el esqueleto fue Alejandro Dávalos, otro recolector de las pampas salitreras como Muñoz, a quien éste le mostró la criatura. Dávalos envió gratuitamente sus fotografías a los representantes de AION, organización ufológica de Chile. Pocos días después del descubrimiento, Muñoz regresó a Iquique y vendió el esqueleto en 30.000 pesos chilenos —unos 60 dólares— a un conocido empresario iquiqueño, uno de sus clientes a quien solía vender sus objetos encontrados. Según Mario Pizarro, representante de AION en la zona norte de Chile, el cuerpo podía venderse en 80 millones de pesos chilenos (aproximadamente 160.000 dólares). El nuevo propietario del esqueleto, en tanto, cobró 500.000 y 750.000 pesos chilenos por permitir sacarle una o dos fotografías respectivamente.
Al poco tiempo de conocido el caso, el canal de televisión Chilevisión realizó una completa nota sobre Ata, y llegaron a la zona varios ufólogos y aficionados a los fenómenos paranormales. Entre los primeros fue Rodrigo Fuenzalida, líder de AION que trabajaba para Canal 13, quien desinformó al público al desmentir que la criatura pudiera tratarse de un Extraterrestre. Por su parte, el biólogo Walter Seinfeld, jefe de la carrera de Biología Marina de la Universidad Arturo Prat, tras ver imágenes del humanoide aseveró que, casi con toda seguridad, se trataba de un humano abortado.
Pruebas concluyentes
El cadáver de Ata, bajo los Rayos X.
El equipo de científicos de Stanford a cargo de determinar la naturaleza del humanoide estuvo dirigido por el Dr. Steven Greer. El análisis consistió en extraer ADN de una disección al final de las dos costillas anteriores del humanoide, lo que les permitió extraer material de su médula ósea. Estas pruebas las obtuvieron en Barcelona, adonde se trasladaron luego de 6 meses de estudios.